Al final no pudimos tomar el 'cortao' Julio.
Tu, siempre comprometido contra la injusticia, y la injusticia más grande se ha cebado contigo y con los tuyos.
Hoy he ido a despedirte y no me ha sorprendido ver a toda esa gente, porque dejas un vacío muy grande amigo. Pero aunque sea difícil, quiero intentar pensar no en el vacío, sino en los espacios que por tu inconformismo, tu creatividad, tu energía y tu buen humor, has dejado llenos a rebosar de alegría y de 'buen rollo'. Y aunque las intersecciones de nuestras vidas han sido pocas, han sido suficientes para conocerte y estar seguro que en aquellas parcelas de tu vida que me son ajenas, el resultado habrá sido el mismo: gente que habrá disfrutado de la vida en esos espacios contigo, y seguirá haciéndolo gracias a ti.
Hoy hay dolor y tristeza, pero conociéndote, se que cuando llegue al lugar donde tu has ido, ya serás el amo de la noche y seguro que habrás montado un grupete.
Julio, guárdame un sitio que iré con el saxo.
Mientras tanto, permíteme que comparta uno de tus éxitos con Scooters, que a pesar de tener ya treinta años, podría haber sido escrito ayer.
Un abrazo Julio.
